Primeros años del siglo XXI, el ADSL es ya algo extendido en la mayoría de hogares españoles y no hay PC de joven ibérico (y de los no tan jóvenes) que no tenga instalado algún programa de P2P: acceso gratuito a miles y miles de contenidos culturales y de entretenimiento. El más popular era eMule. La mula.
Año 2018, Netflix, Spotify y demás servicios de streaming SVOD son el pan nuestro de cada día y cada vez más. ¿Cómo encajan en este panorama los antiguos programas y redes de difusión de contenido? ¿Qué fue de eMule? Trataremos de arrojar luz a estas cuestiones pero, como con toda buena historia, mejor empezar por el principio.
Y al principio fue Napster, en el año del señor 1999. Napster era una aplicación creada por Shawn Fanning y Sean Parker que montaba una red virtual P2P (peer-to-peer, entre pares) sobre Internet para compartir archivos mp3.
Es decir, algún usuario subía un archivo a la red y este quedaba a disposición de todos los demás usuarios para su descarga. Fue un boom, casi una epifanía para muchos, en meses tenían más de 20 millones de usuarios y se compartían cientos de miles de discos y canciones.
Obviamente la industria musical entró en pánico y decidió actuar. A Parker y Fanning se les amontonaban las demandas y los juicios: Madonna, Dr. Dre, la RIAA (Recording Industry Association of America) o Metallica, los más belicosos.
Finalmente Parker y Fanning se dieron por vencidos, pagaron a las discográficas y en septiembre de 2001 cerraban los servidores de Napster. Al ser una red centralizada (todo el tráfico de subida y descarga pasaba por los servidores de la empresa), esto fue el final de Napster tal y como se le conocía hasta el momento.
Napster se intentó adaptar como tienda legal online de música, de Fanning poco más se supo (aunque hizo un cameo paródico en la peli 'The Italian Job') mientras que Parker, por su parte, se convirtió en uno de los primeros inversores de Facebook. Esta historia ya nos la contaron David Fincher y Aaron Sorkin en ese clásico moderno que es 'La Red Social'. Nosotros nos vamos a centrar en otra, la del germen de Napster del que florecieron brotes que se llamaron Ares, Gnutella o, sobre todo, eDonkey.
En el año 2000 nacía, a lomos del éxito de Napster, eDonkey, otra red P2P. A diferencia de la creada por Fanning y Parker, eDonkey era una red P2P semicentralizada: no existe un servidor central que comparta las descargas a los distintos nodos sino que este servidor central sirve como mero hub de intercomunicación entre otros nodos o servidores principales a los cuales se unían los usuarios. Mismo método que utilizaban los juegos en red en aquellos tiempos.
Además la red eDonkey permitía compartir y descargar todo tipo de ficheros además de mp3: vídeos, documentos, paquetes, programas, imágenes de disco... eDonkey fue otra revolución pero tenía un problema: el cliente "oficial", eDonkey2000, era un programa caótico, inmanejable y poco útil.
De ahí que, encabezados por Merkur, un grupo de desarrolladores programara en C++ su propio cliente para eDonkey. El 13 de mayo de 2002 se liberaba la primera versión de eMule en SourceForge con una licencia GNU/GPL. Bienvenidos al futuro.
Otros programas como Ares o Kazaa tuvieron mucho éxito (sobre todo para música) pero en España el rey indiscutible fue eMule. Y más desde que en una update de 2004 permitió conectarse además de a la red eDonkey a la Kademlia, totalmente distribuida.
Para un chaval de hoy en día, acostumbrado a la usabilidad de las apps para dispositivos móviles, abrir eMule puede ser una experiencia realmente frustrante pero lo cierto es que el programa tenía todo lo que podíamos desear en aquellos momentos: buscador, chat, posibilidad de añadir nuevos servidores manualmente, de dejar comentarios en las descargas... un mundo de posibilidades que nos tenía viciados a muchos.
En eMule se podían encontrar, obviamente, los últimos éxitos discográficos, los mejores juegos de todas las plataformas y los blockbusters de Hollywood más esperados pero eMule era mucho más. Pronto nacieron muchas comunidades que compartían enlaces para eMule de cine clásico, series de todo el mundo que tardaban eones en llegar a España (si es que llegaban), juegos y música indie...
Estaba Divx Clásico para, obviamente, el cine clásico y experimental, el foro de Tus Series para las series americanas, la gente de Tus Divx muy especializados en anime, joyas del terror en Dead Donkey o los argentinos de ArgenTeam, ideales para conseguir grandes colecciones de música y releases de videojuegos.
eMule estaba sólo para Windows pero pronto salió aMule, un clon multiplataforma, y linuxeros y maqueros pudieron sumarse a la fiesta. aMule, a día de hoy, sigue vivito y coleando, por cierto.
Internet está lleno de ilustres muertos y/o olvidados, eMule no fue menos. Su declive se inicio circa 2006 o 2007.
El programa no evolucionaba en temas de usabilidad y seguía siendo farragoso de utilizar, la red seguía ofreciendo unas descargas bastante lentas a pesar de las mejoras en las velocidades de conexión, muchas páginas iban cerrando por presiones judiciales o gubernamentales y el buscador se llenaba de fakes. Además aparecieron unos rivales muy poderosos y muy apetecibles para los usuarios.
Hablamos de los torrents, las descargas directas e incluso el streaming. Bittorrent, The Pirate Bay, Megaupload (ahora compartimos cuentas de Netflix con la familia y amigos, hace diez años compartíamos cuentas de Megaupload), SeriesYonkis, Series.ly... nombres conocidos por todos que terminaron de cavar la tumba de eMule y demás programas P2P.
Y llegamos a 2018. Spotify, Netflix, HBO, Playstation Plus, Amazon Prime, fibra óptica... han dinamitado el acceso a la cultura y al entretenimiento: ahora es mucho más universal, accesible e incluso barato que nunca. En este mundo de suscripciones y tarifas planas las descargas parecen tener menos cabida que nunca.
En particular tengo que decir que sólo recurro a las descargas para un par de series que sigo y que todavía tardan en llegar a España y para pelis antiguas y/o descatalogadas. Y siempre usando la red Torrent, a la que me cambié, como tantos otros, a finales de la década pasada. Un rápido sondeo por mis redes sociales me indica un comportamiento similar por parte de mis amistades y contactos virtuales.
Pero, ¿cómo sería volver a usar eMule en esta época y en estas circunstancias? Comprobémoslo.
Lo primero, claro está, es bajarse el programa. Como hace relativamente poco volví a Windows después de años con La Manzana, no tengo que tirar de clones sino que voy directamente a por el original. La web del proyecto sigue en pie. Buenas noticias. La última versión estable es la 0.50a, de abril de 2010, España no había ganado el Mundial todavía y Twitter seguía siendo un lugar agradable. Malas noticias.
De todas formas nos la bajamos e instalamos. Al abrir la mula por primera vez en años es lo que en idioma de Shakespeare se llamaría un "blast for the past", una vuelta a la época de Windows XP. Y además ninguno de los servidores que trae por defecto precargados parece funcionar. Muy malas noticias. ¿Puede nuestro experimento estar condenado al fracaso a las primeras de cambio?
Que no panda el cúnico, que decía el Chapulín Colorado (referencia viejuna para que la audiencia se haga una idea de lo pureta que es el que esto escribe), siempre podemos recurrir al gran oráculo de sabiduría de la actualidad: Mr. Google. Y así encontramos algunas referencias que nos proporcionan una lista actualizada de servidores activos (apenas son 8 ya) y nos recuerdan como introducirlos todos sin tener que "picarlos" a pelo (que llevamos muchos años desentrenados).
Una vez solventado el primer escollo, vayamos a por el segundo: ¿qué nos descargamos?. Decidimos empezar por lo legal. En la propia web del proyecto eMule tienen una base de datos de elinks de contenidos legales para descargar, casi todo programas y manuales, algo de música libre de derechos y una película: 'The Man From Earth: Holocene'. La secuela de una cinta indie de ciencia-ficción que me gustó mucho en su momento cuyos responsables liberaron el año pasado. ¡Pa' la saca!
Elijo conectarme al servidor con más fuentes para esta descarga en concreto (no llegan ni a la decena) y empieza la descarga... a paso de tortuga. Va a tardar varias horas, en ese tiempo podemos vernos una buena cantidad de contenidos en Netflix, no compensa mucho. En esas estamos cuando de repente coge una fuente mejor y empieza a volar a más de 300Kb por segundo y recuerdas la adrenalina de antaño cuando esto sucedía. En media hora está la peli lista para su consumo (por cierto, es bastante chusta).
Decidimos seguir indagando y visitar los sitios de referencia de aquella época. Es un viaje desolador: la mayoría han cerrado, algunos perviven ya sin enlaces, unos pocos sobreviven como soldados de fortuna, si tiene usted algún problema y se los encuentra, quizás pueda contratarlos. Entre estos últimos está Divx Clásico.
Siguen teniendo una más que aceptable colección de ripeos de cine clásico y series de procedencias "exóticas". Pongo unos cuantos a descargar. Igual que antes: pocas fuentes, velocidad bastante baja. Un poco rollazo.
Probamos el chat IRC que trae el programa. Bastantes canales, poca gente, muy poca actividad salvo en el canal general en español donde la gente pregunta dudas (casi todas sobre como configurar correctamente las conexiones) y los moderadores van respondiendo pacientemente.
Cualquier tiempo pasado fue eso, pasado. La añoranza y la morriña están bien pero pueden distorsionar la realidad. Quizás esos primeros años de siglo fueron mucho más épicos en el tema del acceso a la cultura y el entretenimiento pero ahora es mucho más cómodo (además de legal, claro). Este humilde escriba desde luego no volvería a tirar en su día a día cotidiano de eMule, las cosas como son. ¡Con lo que hemos sido!
Pd: no soy tan carcamal como puede haber parecido leyendo este post, que quede claro, ¡que estoy hecho un chaval!
Fecha: 01-06-19
Categoría: Apps/Software
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