Si funciona no lo toques, dicen. Microsoft desde luego no ha tocado demasiado su Surface Book 3, la tercera generación de un convertible como siempre excepcional en su construcción pero que se renueva por dentro.
Esa adaptación a los nuevos tiempos es desde luego destacable: este nuevo modelo no se queda atrás en prestaciones, pero sigue sin responder a las dudas que planteaban sus antecesores. De hecho, las incrementa.
Puede que no haya cambios en el exterior, pero la hoja de especificaciones del Surface Book 3 demuestra que Microsoft ha renovado el equipo en el interior.
De hecho los cambios afectan a varias áreas importantes como sus procesadores, que ahora pertenecen a la familia Intel Core de 10ª generación y que encontramos tanto en su variante Core i5 como en la variante Core i7.
Nos hubiera encantado tener también alternativa AMD con alguno de los nuevos Ryzen 4000, sobre todo cuando vimos que sí que sacó al mercado sus Surface Laptop con variantes con los anteriores Ryzen 3000, pero de momento dicha opción no llega a los Surface Book.
Hay otro problema a la hora de hablar de esos procesadores: la variante más potente no es especialmente potente. El Core i7-1065G7 es una CPU decente, desde luego, pero algo da mala espina cuando uno se da cuenta de que también el Surface Laptop 3 lo tiene.
Teniendo en cuenta que otros competidores empiezan a integrar CPUs más potentes con 6 u 8 núcleos (el Core i7-1065G7 tiene cuatro), la promesa de la potencia que plantea este (caro) Surface Book 3 es comprometedora, pero claro, se trata de un chip con un TDP de 15 W y con esa limitación es difícil ir a micros más ambiciosos.
Aquí Microsoft parece tener claro que prefiere no arriesgar con temperaturas y refrigeración -el equipo es silencioso a más no poder salvo que le sometamos a mucha carga- pero si el usuario busca potencia, no encontrará una "bestia" en el Surface Book 3 a pesar de su etiqueta de precio.
Surface Book 2 | Surface Book 3 | |
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Pantalla | Táctil IPS 13,5 pulgadas 3000 x 2000 (Formato 3:2, 267 ppp) | Táctil IPS 13,5 pulgadas 3000 x 2000 (Formato 3:2, 267 ppp) |
Tamaño | 312 x 232 x 15-23 mm | 312 x 232 x 15-23 mm |
Peso | 1,642 kg (tableta 719 g) | 1,642 kg (tableta 719 g) |
Procesador | Intel Core i5-7300U | Intel Core i5-1035G7 |
Gráficos | Intel UHD Graphics 620 | Intel Iris Plus |
RAM | 8 / 16 GB LPDDR3 | 8 / 16 / 32 GB LPDDR4x |
Almacenamiento | 256 / 512 / 1.024 GB | 256 / 512 / 1.024 GB |
Sistema operativo | Windows 10 Pro | Windows 10 Pro |
Conectividad | Wi-Fi 5 (802.11ac), Bluetooth 4.1 | Wi-Fi 6 (802.11ax), Bluetooth 5.0 |
Batería | 70 WHr | 81,9 WHr |
Puertos | 1 USB-C (USB 3.1 Gen. 1), 2 x USB 3.0, puerto auriculares, lector tarjetas SD, dos puertos Surface Connect | 1 USB-C (USB 3.1 Gen. 1), 2 x USB 3.0, puerto auriculares, lector tarjetas SD, dos puertos Surface Connect |
Cámaras | Frontal 5 Mpíxeles (Windows Hello), trasera 8 Mpíxeles | Frontal 5 Mpíxeles (Windows Hello), trasera 8 Mpíxeles |
Precio | Desde 1.799 euros |
Acompañando al procesador también hay un cambio llamativo en la memoria, que ahora es LPDDR4x en lugar de los "viejos" módulos LPDDR3. Eso permite trabajar con mayores frecuencias de reloj en este componente (de módulos a 1.866 MHz pasamos a módulos a 3.733 MHz) y hacerlo aprovechando la renovada eficiencia de este tipo de módulo.
Puede que ese elemento no parecezca tan relevante para muchos usuarios, pero ciertamente ayuda a que la memoria tenga más margen de maniobra y el rendimiento general del equipo teóricamente mejore en todos los escenarios de forma sensible en comparación con equipos con una configuración similar y memorias LPDDR3.
Hay también buenas noticias en el apartado gráfico: en su configuración básica contaremos con una gráfica integrada Iris Plus de Intel, pero también podremos disfrutar de la opción de comprar el equipo con una nada despreciable GTX 1650 (Max-Q) que nos permitirá disfrutar de videojuegos si tenemos cuidado a la hora de elegir resoluciones y niveles de detalle. Nosotros, eso sí, probamos un equipo sin gráfica dedicada.
La conectividad inalámbrica gana enteros con la inclusión de un chip con soporte de las nuevas redes Wi-Fi 6 (802.11ax) además de Bluetooth 5.0, y aunque la batería no cambia de capacidad, sí lo hace el adaptador, que ahora es de 65 W para el equipo con el Core i5 y de 102 W para el modelo más potente con el Core i7 y la GTX 1650.
La pantalla Pixel Sense sigue siendo espectacular por resolución y reproducción del color. El brillo máximo ronda los 500 nits, aunque el hecho de que la pantalla no sea mate sino brillo hace que los reflejos sean notables en exteriores, donde según el ángulo en el que trabajemos afectarán más o menos.
Nada ha cambiado como decíamos en el apartado externo del equipo. El Surface Book 3 es idéntico al Surface Book 2 en construcción y formato y simplemente pule pequeños detalles en el mecanismo de acoplamiento y desacoplamiento de la pantalla.
El botón que hace que podamos desacoplar la pantalla resuelve dos problemas de la anterior generación. El primero, hace que podamos desacoplar la pantalla más rápido, y apenas no tenemos que esperar para que el Surface Book 3 nos "dé permiso" para desacoplarla.
El segundo, que no es necesario cerrar aplicaciones si por ejemplo algunas usaban la tarjeta gráfica dedicada: el nuevo sistema de desacoplamiento se encarga automáticamente de ello y todo va mucho más fluido en ese proceso de desacoplamiento que nos permite usar el Surface Book en modo tableta.
Por lo demás, Microsoft mantiene todo lo que sustentaba a las anteriores generaciones de producto. La construcción es espectacular por solidez y calidad, aunque es cierto que los bordes del equipo, que son afilados y no redondeados, puede chocar un poco.
El formato 3:2 de pantalla sigue dominando el chasis. No soy demasiado partidario de dicho formato -a menudo tengo dos ventanas enfrentadas del navegador y en esta pantalla se ven algo famélicas- pero hay que reconocer que el formato ha convencido a muchos usuarios que suelen trabajar con aplicaciones maximizadas y ganan en scroll vertical.
El teclado y el touchpad vuelven también a ser de alta calidad: un test rápido en 10FastFingers me permitió llegar a 94 palabras por minuto -difícilmente escribo más rápido que eso en cualquier otro teclado-. El trackpad es suave al tacto y soporta los gestos táctiles sin problemas, pero aquí Microsoft parece haber perdido algo de magia.
De hecho el touchpad es algo más resistente de lo que nos gustaría al clic, sobre todo en la parte superior del mismo, y además sigue sin crecer en tamaño cuando en otros portátiles de gama alta esa superficie sí lo ha hecho. Había espacio para hacerlo, pero por alguna razón Microsoft ha decidido que ese tamaño de touchpad es correcto. No es mala opción, desde luego, pero aquí podía haber planteado una pequeña mejora.
La selección de puertos es interesante pero en ella volvemos a encontrar uno de los grandes defectos del equipo: nada de puertos USB-C con interfaz Thunderbolt 3. Por alguna razón Microsoft sigue sin incorporarlos en un equipo de gama alta como este, y eso limita en cierta medida los accesorios y periféricos que podemos usar en el equipo.
También choca en esa distribución de puertos la posición del conector de auriculares, que está en la parte superior derecha de la pantalla. Es algo en parte lógico cuando usamos el equipo como tableta, pero no tanto cuando lo usamos como portátil: parte del cable cuelga literalmente de esa esquina y el efecto es extraño.
Sobre todos estos elementos de diseño destaca una vez más esa prodigiosa bisagra que ha hecho tan reconocible a estos equipos y que sigue sorprendiendo a pesar de los años. Su funcionamiento vuelve a ser impecable, y aunque no permite que reclinemos la pantalla 180 grados, sí que da margen de maniobra para que podamos usar una amplia gama de ángulos de inclinación.
El Surface Book 3 es un portátil convertible que da a los usuarios la posibilidad de usar el equipo como una gran tableta de 13,5 pulgadas.
Eso, como ya mencionamos en anteriores análisis, es en parte una bendición y en parte un problema. Para artistas digitales y quienes aprovechen esa superficie, poder dibujar o tomar notas en esa pantalla es como un regalo caído del cielo.
Sin embargo esa misma diagonal compromete la utilidad de esa tableta, que es demasiado grande y aparatosa -mejor no hablar del Surface Book 3 de 15 pulgadas- como para mantenerla con un brazo mientras escribimos con la otra mano durante periodos extendidos.
La opción, no obstante, está ahí para quienes quieran aprovecharla, y desde luego volvemos a contar con una pantalla táctil que puede no ser OLED -algo que empieza a ser característica diferencial en algunos equipos- pero que sigue teniendo una calidad y ofreciendo una experiencia táctil que difícilmente encontraremos en otro equipo del mercado.
Microsoft no incluye su lápiz con el equipo, pero en nuestras pruebas sí proporcionó uno para poder evaluar el comportamiento de ese apartado funcional del equipo. Para alguien que haya dibujado un poco -yo lo he hecho por afición- lo cierto es que la experiencia es fantástica y hace que apetezca dibujar (o tomar notas) más y más.
La respuesta de la pantalla a la presión de este stylus es estupenda, y con aplicaciones adecuadas -yo suelo garabatear con Autodesk SketchBook- es posible conseguir una experiencia que con sus matices -dibujar en papel o pintar en un lienzo aporta otras cosas- es sobresaliente.
La evolución de los componentes de este Surface Book 3 es sobre el papel interesante, pero lo cierto es que en las pruebas de rendimiento los resultados han sido más modestos de lo que esperábamos.
Hemos querido comparar este equipo con el modelo anterior que tenía gráfica dedicada -eso marca la diferencia en las pruebas gráficas- pero también con equipos muy similares y recientes: el Dell XPS 13 tiene una configuración muy similar, mientras que el Surface Laptop 3 con el Ryzen 5 debería quedar por debajo en rendimiento.
No es así: el Surface Book 3 se ha comportado de peor forma que todos ellos en PCMark 8, algo que resulta ciertamente inquietante para un producto con este precio: es probable que Microsoft haya sido aquí demasiado conservador con la refrigeración del equipo, porque con componentes equiparables a estos rivales las cuentas difícilmente salen.
La cosa cambia en las pruebas gráfica, en donde los gráficos Iris Plus sí logran dar un empujón interesante al equipo y hacer que supere al Dell XPS 13 y al Surface Laptop 3. Sin embargo resulta extraño ver ese modesto comportamiento en tareas de propósito general como las que se evalúan en el benchmark PCMark 8.
Surface Book 2 (Core i7-8650U, GTX 1050) | Surface Book 3 (Core i7-1065G7, Iris Plus) | Dell XPS 13 (Core i7-1065G7, Iris Plus) | Surface Laptop 3 (Ryzen 5 Surface Edition, Radeon 9 Vega) | |
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PCmark Home | 3.463 | 2.603 | 3.257 | 3.337 |
PCmark Creative | 5.015 | 3.421 | 4.050 | 3.574 |
Geekbench 5 (Single Core / Multi Core) | n.d. / n.d. | 1.302 / 4.041 | 1.054 / 3.170 | 847 / 2.903 |
3DMark Cloud Gate | 17.710 | 13.182 | 10.649 | 11.875 |
3DMark Sky Diver | 15.965 | 9.679 | 7.873 | 7.827 |
Hicimos otras pruebas de rendimiento como por ejemplo la que permite evaluar el comportamiento de la unidad de disco. Aquí el Surface Book 3 logró 2.044,88 MBps en lectura y 814,94 MBps en escritura en la unidad integrada de Hynix de 512 GB con soporte M.2 NVMe. Ambas son buenas cifras, pero se sitúan en la media de otros productos similares.
Donde sí se nota esa configuración centrada en la eficiencia es en la autonomía de la batería, que es aún de mayor capacidad que en el modelo anterior y que permite superar de nuevo con facilidad las 10 horas de autonomía en un uso normal y continuado del equipo, aunque hay escenarios menos exigentes como la reproducción de vídeo en los que el Surface Book 3 puede aguantar aún más tiempo.
Como ocurría en ambos modelos hay que destacar que todos los componentes del equipo están integrados bajo la pantalla, y solo en el caso de usar una gráfica discreta tendremos ese chip en la parte del teclado. Ese teclado tiene una batería adicional que permite alargar aún más la vida útil del equipo, lo que hace que en modo tableta la autonomía se vea lógicamente reducida.
La evaluación de esos apartados "en crudo" deja todo tipo de impresiones, pero lo cierto es que una vez usamos el equipo hay que destacar una vez más ese buen comportamiento en todo tipo de escenarios.
Puede no ser el portátil más potente del mercado y puede que no sirva para jugar a todo trapo, pero la propuesta de Microsoft vuelve a ser diferencial por ese formato único que permite usarlo en modo tableta o en modo portátil de forma nativa.
Hay convertibles que permiten girar la pantalla 360 grados para convertirse en tabletas, pero el concepto de Microsoft sigue siendo claramente diferencial en esa dualidad que desde luego no sale barata.
A esa versatilidad se le añaden apartados llamativos como el de su webcam. No solo tenemos aquí soporte de reconocimiento facial con Windows Hello, sino que la webcam del equipo es de una calidad sorprendente para lo que suelen proporcionar la mayoría de equipos.
La imagen es nítida y definida, y desde luego eso puede suponer un plus importante ahora que la pandemia de COVID-19 ha hecho que muchos usuarios trabajen desde casa más que nunca y hagan uso extensivo de la videoconferencia.
Como sucedía con generaciones anteriores, el Surface Book 3 cuenta con esa cámara trasera tan propia de las tabletas, y aunque repite sensor este ya se comportaba de forma muy correcta en el Surface Book 2 ?con buena luz los resultados son notables y sorprendentes? y sigue haciéndolo ahora.
La calidad del sonido es también llamativa, sobre todo si tenemos en cuenta que los altavoces están situados tras la pantalla y no en la parte inferior del portátil.
El sonido llega de forma más directa y lo hace de forma muy adecuada, aunque el soporte de la tecnología Dolby Atmos no aporta la espectacularidad que podríamos esperar. La experiencia es buena, sin duda, pero unos buenos auriculares (o altavoces) ayudarán de forma notable en ese apartado.
Con el Surface Book 3 vuelve a pasar lo que ya pasaba con las dos anteriores iteraciones de este producto: se trata de un equipo ideal para cierto nicho de usuarios, pero difícilmente recomendable para muchos otros.
Si el usuario trabaja de forma frecuente en entornos creativos está claro que este Surface Book 3 puede ser un elemento indispensable en su día a día. La capacidad de trabajar tanto en modo portátil como con ese modo tablet de grandes dimensiones es sin duda una ventaja espectacular de este equipo, pero el problema es que solo lo es en esos casos.
De hecho, Microsoft necesita plantear cambios en este Surface Book 3 si no quiere relegarlo a un ámbito demasiado reducido. El diseño es fantástico, pero condiciona totalmente el resto de apartados de un equipo que tiene un precio demasiado elevado para las prestaciones que proporciona: si no necesitas la parte de la tableta, el sobreprecio al que nos expone el equipo es exagerado.
De hecho no solo tenemos ese problema, sino también el de una configuración hardware que pierde enteros incluso con su hermano pequeño, el Laptop 3, que parece una opción muchísimo más adecuada para la mayoría de usuarios.
Es cierto que ganamos en resolución de pantalla y en esa versatilidad, pero una vez más hay que tener muy en cuenta el aumento de precio de un equipo que sigue sin ofrecer cosas como puertos USB-C con interfaz Thunderbolt 3 y que se empeña en que lo carguemos con su conector propietario.
No solo eso: los rivales se han puesto las pilas en los últimos años y hoy en día es muy fácil encontrar equipos que por menos precio ofrezcan más prestaciones. Microsoft aquí limita demasiado las prestaciones aunque eso favorezca la autonomía de la batería, pero una vez más parece que la forma es más importante que el fondo.
Nos hubiera gustado ver una propuesta con alguno de los nuevos procesadores AMD Ryzen de la serie 4000 o al menos con un procesador Intel de la serie H ?acaban de aparecer los Intel Core de 11ª generación, así que verlos aquí era imposible?, pero no parece que el chasis de los Surface Book 3 esté preparado para algo así. Eso convierte a estos portátiles en potenciales cuellos de botella para quienes buscan máximas prestaciones, y si ese es el caso -no hablemos ya de gamers- esta, desde luego no es la opción.
Aún así el Surface Book 3 sigue destacando por una proposición que ningún otro fabricante plantea: no hay otro portátil de esta clase en el mercado, y los convertibles que tratan de lidiar con el Surface Book 3 lo hacen con formatos muy distintos.
Esa es la (única) ventaja de un equipo que probablemente Microsoft debería repensar: ya tiene unos excelentes Surface Pro para el terreno creativo: quizás sea hora de hacer que estos Surface Book 3 planteen algo más al precio que Microsoft los pone a la venta.
8,25
Diseño y construcción impecables Pantalla de gran calidad y definición Mejoras en el desacoplamiento Más batería y mejor adaptador de corriente
La ausencia de soporte Thunderbolt 3 es aún más inexplicable que el año pasado El puerto Surface Connect 2 debería dejar paso definitivo al USB-C El rendimiento es modesto para un equipo de esta entidad y este precio El Surface Book 3 se está convirtiendo en un producto demasiado específico y de nicho
El ordenador ha sido cedido para la prueba por parte de Microsoft. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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Fecha: 18-09-20
Categoría: Dispositivos
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