A los fabricantes de semiconductores les va de lujo. Esta industria tiene una salud envidiable prácticamente desde que nació, pero el déficit galopante de chips en el que estamos sumidos desde hace ya casi dos años está provocando que sus arcas estén cada vez más llenas. De hecho, según la consultora Gartner el mercado de los semiconductores ha crecido un 25,1% durante 2021, alcanzando un volumen de negocio total de 583 500 millones de dólares. No está pero que nada mal.
Los productores de chips saben que tienen vendido de antemano todo lo que sean capaces de fabricar, por lo que en esta industria el riesgo comercial no existe. Al menos no tal y como lo observamos en otros mercados. Hay otros tipos de riesgo, como, por ejemplo, el vinculado a la necesidad de mantener la competitividad desarrollando procesos fotolitográficos más avanzados. Llevar esta estrategia a la práctica requiere hacer grandes inversiones, pero tal y como están las cosas la rentabilidad de este esfuerzo está asegurada.
Actualmente este mercado está liderado con una claridad insultante por la compañía taiwanesa TSMC. En su cartera de clientes se codean Apple, NVIDIA, Qualcomm, e incluso Intel, entre muchas otras empresas, lo que la ha aupado como la sexta compañía con un mayor valor de mercado del planeta (supera los 600 000 millones de dólares). Su cuota de mercado, como podemos intuir, es enorme. De hecho, según Visual Capitalist acapara nada menos que el 54% gracias, en gran medida, a la cómoda posición que ostenta debido a sus nodos de fabricación más avanzados.
La cuota de Samsung en el mercado de los semiconductores es mucho más modesta que la de TSMC. Eso sí, el adjetivo 'modesta' debemos escoltarlo con unas comillas enormes. Y es que tener bajo tu regazo un 17% del gigantesco mercado de los chips es un auténtico lujo. Esta compañía surcoreana está defendiendo su posición con uñas y dientes gracias a sus nodos de fabricación más avanzados, pero lo que le ha permitido adelantar a Intel e ingresar en 2021 más que ella vendiendo chips son sus memorias.
Y es que Samsung es uno de los principales fabricantes de chips de memoria del planeta. Según el diario Nikkei Asia el año pasado los ingresos de su filial dedicada a la producción de semiconductores se incrementaron un 31,6%, lo que les permitió rozar con la punta de los dedos los 76 000 millones de dólares. Los ingresos de la filial de Intel especializada en la fabricación de chips, sin embargo, crecieron durante 2021 de una forma muchísimo más tímida: tan solo un 0,5%. Solo es una hipótesis, pero es posible que su crecimiento se haya visto moderado por los desafíos a los que se está enfrentando Intel en el ámbito de la producción de semiconductores.
En cualquier caso, esta empresa ocupa desde hace mucho tiempo una posición muy sólida en el mercado de los circuitos integrados, por lo que a pesar de haber crecido solo marginalmente durante el año pasado ha cosechado unos ingresos vendiendo chips de nada menos que 73 100 millones de dólares. Apenas ha ingresado 3000 millones de dólares menos que Samsung por este concepto, y eso que el crecimiento que ha experimentado esta última compañía ha sido muchísimo más alto. Será interesante seguirles la pista y comprobar cuáles serán sus números cuando cierren 2022. Todo es posible.
Imagen de portada | TSMC
Vía | Nikkei Asia
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Fecha: 20-01-22
Categoría: Tecnología
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